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Historias de racismo: Maestros, doctoras y trabajadores inmigrantes
Por Verónica Meza, La Movida Magazine.
La Organización de las Naciones Unidas, ONU, recalca en su principio de igualdad que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y tienen la capacidad de contribuir de manera constructiva al desarrollo y bienestar de la sociedad. También, la Asamblea General de la ONU enfatizó que todas las doctrinas de superioridad racial son científicamente falsas, moralmente condenables, socialmente injustas, peligrosas y deben rechazarse; al igual que las teorías con que se pretende determinar la existencia de razas humanas separadas. Este escrito, resulta impecablemente claro. Redactado de esta manera, podríamos pensar que el racismo y la etno-discriminación no existe, y está en la mente y en la actitud que la persona asume ante diversas situaciones en el transcurso de su vida.
Pareciera que los dirigentes humanistas, científicos y líderes mundiales hubieran resuelto la crisis existencial de millones de seres humanos alrededor del mundo. Pero la realidad de una sociedad no puede ser contada con teorías de principios de igualdad. Tampoco, los casos de desigualdad social, racismo y discriminación, no pueden ampararse o taparse con múltiples cursos de diversidad, equidad e inclusión, dirigidos a adultos, para justificar la carencia de empatía, comprensión y respeto que se aprende y se emana de manera orgánica desde el vínculo familiar, y los primeros años de educación académica.
Partiendo del tema de discriminación racial, La Movida Magazine, tuvo la oportunidad de entrevistar a algunas personas de la comunidad que nos comentaron un poco acerca de su experiencia con el racismo y discriminación en California.
La maestra de español Lucía Pardini, originaria de Chihuahua, México, y que enseña en una escuela secundaria, nos comentó: “Sí, experimenté el racismo durante los primeros años de enseñanza en California. Recuerdo que una compañera de trabajo, me preguntó que si yo había comprado mi título afuera de la universidad en México. Además, se atrevía a recalcar mi origen humilde. Lo más interesante de todo esto, es que la maestra también era mexicana. Pero se sentía con superioridad por haber vivido más años en este país o porque sentía envidia o creó su propia rivalidad con su misma cultura. Trató de minimizar mi capacidad profesional, y de imponer su punto de vista superior, según ella, a la administración escolar. A la par, experimenté comentarios racistas de compañeros de trabajo por tener acento al hablar inglés. A la larga, mi mejor herramienta para sobrellevar estas situaciones de racismo intencional, ha sido el trabajo arduo, la disciplina y el cariño que pongo en mi trabajo como maestra. Se aprende a ignorar al racista y a crear una coraza de protección que permita seguir creciendo personal y profesionalmente porque el problema de racismo es de ellos, no el mío”.
A su vez, el maestro Mohamed Reza, originario de Irán, y que enseña en una escuela pública del norte de California recalcó, “Mi familia emigró a los Estados Unidos cuando yo tenía cinco años por motivos de la guerra. Así es que completé toda mi educación primaria, secundaria y universitaria en este país. Soy ciudadano americano. A través de los años, he experimentado etno-discriminación por haber nacido en Irán. Me han comparado con Saddam Hussein que fue un dirigente de Iraq u Osama Bin Laden general de Al-Qaeda en Afganistán, países diferentes al mío. Escuché comentarios de mujeres y compañeros de escuela, que decían que tuvieran cuidado de mí porque tenía bombas de destrucción. Otros compañeros, se burlaban de mí por hablar farsi. Hasta mi padre y yo, tuvimos un incidente en una biblioteca pública en el que un hombre nos gritó que dejáramos de hablar nuestro idioma y nos regresáramos a nuestro país. Incluso, hay personas que creen que ser musulmán es catastrófico. Creo que todavía existe mucha ignorancia en cuanto a la diferencia de culturas y la aceptación de diversidad racial en este país. Eso no me ha impedido realizarme como un profesionista, pero estoy consciente de que la discriminación racial está muy arraigada en muchas personas”.
Victoria Valencia, doctora certificada en medicina natural
Asimismo, Victoria Valencia, doctora certificada en medicina natural, de origen colombiano y que ejerce su profesión en el Área de la Bahía, con una trayectoria profesional impresionante, nos cuenta que el primer acercamiento a la discriminación por ser mujer, lo vivió en su propia familia. El padre de Victoria la echó de su casa porque la consideró una hija rebelde por querer estudiar y superarse, y por ayudar a las personas. Esa decisión, en lugar de desmotivarla, la impulsó a estudiar administración de empresas y mercadeo, y desarrollar su pasión por la música, la lectura y la poesía. Con el paso de los años, tuvo tres hijas en su matrimonio. Emigró a los Estados Unidos en 1992 con sus hijas por asilo político. Al llegar a este país, se integró al colegio para estudiar historia, inglés, nutrición y psicología, “En esa trayectoria como estudiante de colegio en California, a pesar, de que yo era una profesionista en Colombia, veía que mis compañeros no me aceptaban por tener un acento al hablar inglés y por mi lugar de origen. Empecé a reflexionar y a escribir, ¿por qué la gente sufría racismo? ¿Por qué una persona se puede sentir discriminada? De ahí, surgió mi decisión de vida, si yo pienso que soy fuerte para no dejarme discriminar, sigo adelante. Con el tiempo, mis hijas sufrieron bullying en la escuela porque estaban aprendiendo inglés. Pero les transmití mi filosofía de vida, de seguir adelante. En la actualidad, mis tres hijas, tienen un doctorado”, nos comentó la doctora Valencia. A su vez, la doctora Victoria nos compartió que trabajó en una escuela de enfermería para personas asiáticas en el Sur de San Francisco, en donde ella era la única latina, “En esa clínica, solo querían a gente de su raza, no me trataron bien. Las minorías discriminan también. Son discriminatorias con otras comunidades”. También, la doctora enfatizó, “Yo estoy en desacuerdo con las aplicaciones que se llenan para aplicar a un trabajo, por ejemplo, cuando preguntan la raza. Eso es discriminatorio porque si buscamos que la gente se acepte así misma, solo pertenecemos a la raza humana. Recordemos que los nativos americanos de este país eran de piel obscura; la mezcla inició con la llegada de los europeos”.
Alberto Arias de origen mexicano, y que trabaja en la empresa, Food Wine Service en el Área del Silicio
También entrevistamos a Alberto Arias de origen mexicano, y que trabaja en la empresa, Food Wine Service en el Área del Silicio, al preguntarle, si ha experimentado el racismo en este país nos comentó, “No he vivido una situación de racismo como otros inmigrantes. Quizá porque he durado mucho tiempo en mis trabajos, y he tenido excelentes jefes. Pero considero que como individuos es importante tener la voluntad de entender que todos tenemos derecho a la libertad, sin descuidar nuestros deberes y derechos humanos. Como comunidad, deberíamos entender y aceptar a todas las culturas, en donde haya espacio para el respeto y la cordialidad. Sería el intento de un mundo mejor”.
Estas son algunas historias de inmigrantes y su experiencia de vida en cuanto a la discriminación racial. A los ciudadanos del presente, nos corresponde elegir cómo queremos que las generaciones futuras cuenten la suya. Lamentablemente, no hay una fórmula mágica. Pero sí se puede empezar a concientizar al ser humano a temprana edad. Por eso, hacemos un llamado al sistema educativo, a los gobiernos locales, estatales y nacionales a invertir en el futuro de los estudiantes. Se necesita una reforma en las unidades de estudio en el que las clases de manera directa desde el nivel de primaria hasta la preparatoria aborden los temas de racismo, igualdad, equidad, conciencia civil, empatía y respeto.
La vida de los afro-americanos es importante, la vida de los asiáticos cuenta, la vida de los hispanos cuenta, la vida y la dignidad de un ser humano, no debería empezar a respetarse cada que hay una marcha que origina caos, y porque es la moda. Estamos hablando de una cuestión de conciencia individual que repercute a nivel social; y que se puede moldear y adquirir, primero en la casa, y si el medio familiar no es el propicio, el sistema educativo tiene el compromiso moral y social de abordar acertadamente estos temas de discriminación racial, inmigración, moralidad etc.
Nos despedimos con una acotación de Martin Luther King, activista afro-americano (1929-1968), “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.
Este artículo es parte del proyecto periodístico Alto al Racismo (Stop the Hate) en California y cuenta con el apoyo de California State Library.