Inspirando a las mujeres a romper con el ciclo de violencia doméstica

Por Carmen Palacios, especial para La Movida Magazine

La agresión psicológica es un maltrato invisible que destruye poco a poco a las personas,

manteniéndolas atrapadas en un círculo donde no se permite la queja. El peso de la cultura y la falta de preparación emocional les hacen creer que ese sufrimiento es su destino.

Así lo vivió y sintió durante más de 25 años María Núñez, una mujer hispana fuerte y valiente que hoy se ha convertido en la voz y el rostro de una lucha por encontrar el poder de salir adelante, reconocerse y liberarse.

Durante su entrevista con la periodista Rossana Drumond de Alianza News, María Núñez relata

su historia que soportó dos décadas y media, de miedo y de silencio, de vivir con su potencial atacante, de ocultar sus capacidades y sueños.

María también aprendió que el conocimiento y la preparación son importantes en la lucha contra el abuso. “Se necesita estar empoderada para salir adelante, además de informada para saber cómo reaccionar ante un hecho de violencia doméstica”, asegura.

“A veces pensamos que la violencia doméstica son sólo golpes, pero hay tantos tipos de abuso”, comparte María. En su caso, la agresión fue principalmente psicológica que la tuvo atrapada, sin contarle a nadie su dolor.

Con el tiempo, su dolor se hizo más profundo cuando su hermana, también víctima de un esposo abusivo, perdió la vida. María se sintió incapaz de ayudarla en ese momento porque ella misma vivía en una prisión emocional similar. “Yo me sentía culpable porque mi hermana, en algún momento, me pidió ayuda para salir de esa situación en que estaba. No tuve la valentía de hacerlo porque yo también estaba dentro de esa situación”, recuerda con lágrimas.

Esa pérdida la despertó y la llevó a preguntarse si quería el mismo destino. “Fue una sacudida. Me di cuenta de que, si no hacía algo, el ciclo de dolor seguiría para mí y para mis hijos”, dice con voz firme en su testimonio.

La violencia que vivió no solo dañó su espíritu, sino también su salud; llegó a perder la capacidad de caminar por el estrés y la angustia. Pero fue entonces cuando conoció a una mujer que le dio el consejo que cambiaría su vida: “Debes quererte a ti misma, porque si no te quieres, no puedes querer a nadie”. Esas palabras resonaron en ella como un eco de esperanza. A partir de ahí, el amor propio comenzó a surgir en su vida, dándole la fuerza para hacer lo que parecía imposible: romper con el ciclo de violencia.

Una frase, aparentemente simple, como el “¡Quiérete a ti misma, para que aprendas a querer!” ha sido el punto de partida para que cientos de mujeres y también hombres víctimas de violencia doméstica encuentren el valor de romper sus cadenas. Es una invitación a amarse para hallar el poder de salir adelante, de liberarse y empezar de nuevo.

UNA LUZ EN EL CAMINO

María Núñez, contó a la periodista Rossana Drumond que intentó regresar a México varias veces, convencida de que la deportación podría ser su única salida, pero la vida le tenía otro camino preparado. María encontró refugio en una misión cerca de su hogar en Estados Unidos, donde poco a poco recuperó no solo su memoria y claridad, sino también su confianza.

A través de la ayuda de personas que creyeron en ella, descubrió que la fuerza para cambiar estaba dentro de sí misma. Hoy, María comparte su historia y anima a otras víctimas a rodearse de personas que puedan ayudarlas a superar estos momentos de oscuridad.

“Armarse de valor y buscar a las personas adecuadas que te pueden ayudar es esencial; solo así se encuentran las fuerzas para enfrentar cualquier obstáculo”, aconseja María con el corazón en cada palabra.

EMPODERAMIENTO Y ESPERANZA

María también aprendió que el conocimiento y la preparación son importantes en la lucha contra el abuso. “Se necesita estar empoderada para salir adelante, además de informada para saber cómo reaccionar ante un hecho de violencia doméstica”, asegura.

Hoy, desde su organización sin fines de lucro Poder Popular, María se dedica a empoderar a otras mujeres para que encuentren sus propias fortalezas, sus habilidades y su independencia, sin importar su estatus migratorio o idioma.

Su mensaje es claro y profundo: cada mujer que se ama a sí misma tiene el poder de romper con la violencia y construir una vida nueva. Pensamiento que trata de aplicar a través de su fundación en la que María trabaja con otras mujeres, ayudándolas a desarrollar sus habilidades y encontrar trabajo. Ella subraya que no importa el estatus migratorio o el idioma, lo importante es que las mujeres reconozcan su poder y capacidad para cambiar sus vidas.

La organización Poder Popular ofrece servicios como talleres de autoestima, asesoría legal y programas de emprendimiento, dirigidos principalmente a mujeres, aunque también se atiende a hombres víctimas de violencia mediante un grupo de apoyo llamado “Los Compadres”.

María Núñez, relata que, con el tiempo, Poder Popular se ha convertido en una academia de liderazgo y empoderamiento para muchas mujeres y hombres, ayudándoles a reconocerse como valiosos y capaces. La organización sin fines de lucro ofrece una variedad de talleres, desde clases de inglés hasta asesoría para iniciar un negocio, para que quienes han sido oprimidos puedan ganar independencia y recuperar su autoestima. “Aquí les enseñamos que sí pueden, que no están solos y que el cambio comienza en cada uno”, afirma María.

PROGRAMAS PARA TODOS

La violencia doméstica no solo afecta a las mujeres; los hombres también son víctimas, y Poder Popular no los deja fuera. “Los Compadres”, uno de sus programas, está dedicado a apoyar a varones que enfrentan problemas en sus relaciones o sufren algún tipo de abuso.

 “Aquí trabajamos en la reconciliación familiar, con la premisa de que, si hay amor y voluntad, hay solución”, explica María. Un terapeuta ayuda a estos hombres a superar temores, fortalecerse y volver a sus hogares con herramientas para comunicarse y trabajar en equipo con sus parejas.

CAMBIO Y APOYO

A pesar de los desafíos, María y su equipo en Poder Popular han creado un espacio donde, con el respaldo de la comunidad y la fuerza de mujeres valientes, el ciclo de abuso puede romperse. “Esto nos ha costado esfuerzo, pero gracias al apoyo de personas como nosotras, que saben lo que es pasar por esta experiencia, podemos seguir ayudando a quienes hoy están en la oscuridad”, comenta María con gratitud.

La organización Poder Popular está ubicada en el condado de Ventura, California, y cualquiera que necesite ayuda puede contactarlos al 805-317-1836.

Este artículo es parte del proyecto periodístico sobre la Violencia Doméstica en la comunidad latina y cuenta con el apoyo y generosidad de Blue Shield of California Foundation.