En un esfuerzo por diversificar los oficios tradicionalmente dominados por hombres, como la construcción, California ha implementado un subsidio para el cuidado infantil que está cambiando vidas. Este programa, financiado a través de la Subvención para la Representación Igualitaria en el Aprendizaje de la Construcción (ERICA), proporciona hasta $10,000 anuales para ayudar a aprendices como Cindy Crisanto y Rocío Campos, madres trabajadoras que buscan construir un futuro sólido en una industria lucrativa.

Para Cindy Crisanto, madre soltera de dos hijos y aprendiz de herrera en el Ironworkers Local 433, el subsidio ha sido crucial. Recibiendo alrededor de $800 mensuales, Cindy puede cubrir el costo del cuidado infantil temprano en la mañana mientras trabaja en proyectos de gran escala como el Museo Lucas de Arte Narrativo. “Es un salvavidas”, dice Cindy, señalando que sin esta ayuda sería imposible compaginar sus responsabilidades laborales y familiares.

La subvención, parte de una campaña más amplia liderada por el gobernador Gavin Newsom, busca inscribir a 500,000 californianos en programas de aprendizaje para 2029, un aumento significativo frente a los 84,000 de 2018. Más allá de los fondos para cuidado infantil, la campaña destina otros $9 millones para reclutar mujeres, realizar ferias profesionales y ofrecer formación. Este esfuerzo ya muestra resultados: en programas como el de Cerritos College, la matrícula de mujeres aprendices ha aumentado en un 40%.

A pesar de los avances, el reto de aumentar la representación femenina sigue siendo considerable. En la actualidad, las mujeres representan solo el 10% de los aprendices reconocidos en todo el estado, y apenas el 3%-4% en oficios como soldadura, carpintería y plomería. No obstante, el subsidio está marcando una diferencia tangible.

Felicia Hall, gerente de Tradeswomen, una organización que promueve carreras de construcción entre mujeres, destaca que el cuidado infantil es el principal obstáculo para quienes buscan completar estos programas.

El impacto del subsidio no solo es económico, sino también emocional. Para Rocio Campos, otra madre beneficiaria, la ayuda de ERICA le permitió avanzar en su carrera como soldadora mientras cubría los gastos del cuidado de sus hijos. Campos resalta que este apoyo le ha dado la oportunidad de “ensamblar cosas de abajo a arriba”, tanto en su trabajo como en su vida personal.

Sin embargo, el futuro del programa depende de la disponibilidad de fondos después de 2025, lo que deja en vilo a muchas aprendices que dependen de esta ayuda para alcanzar la estabilidad económica.

El subsidio para el cuidado infantil no solo está transformando la vida de mujeres como Cindy y Rocío, sino que también está trazando un camino hacia la igualdad en los oficios. Es una inversión en un futuro donde más mujeres puedan construir su propio éxito, literal y figurativamente, en una industria que durante mucho tiempo les ha estado cerrada.