Reiteradamente, a través de las páginas de Alianza Metropolitan News, hemos explicado que la violencia doméstica es un problema global y profundo debido a que es uno de los crímenes menos reportados, con cifras reales difíciles de determinar. Este fenómeno suele comenzar con comportamientos agresivos menores, como gritos, que pueden escalar rápidamente hacia abusos físicos graves e incluso homicidios.

La violencia doméstica abarca abuso físico, emocional, económico y sexual, y afecta a mujeres, niños, y en algunos casos, también a hombres, sin importar su entorno social, religioso o cultural. Aunque los agresores suelen justificar su comportamiento con razones como el estrés, el desempleo o el abuso de sustancias, estas no deben servir de excusa para la conducta abusiva. El problema se agrava aún más cuando las víctimas no denuncian el abuso, perpetuando así el ciclo de violencia.

Es crucial romper las cadenas de la violencia, especialmente la violencia emocional en las parejas: el control sobre las decisiones y emociones, la desvalorización y las críticas que afectan la autoestima, así como los impedimentos para mantener relaciones con amigos y familiares.

ROMPIENDO LAZOS

La periodista Rossana Drumond, de Alianza News, recogió el testimonio de Andrea García, una joven hispana, trabajadora y madre de familia ejemplar, quien ha logrado salir adelante y alcanzar una sólida independencia económica después de haber vivido durante años atrapada en el maltrato de su pareja. Un verdadero ejemplo de superación personal tras la violencia doméstica.

Andrea comparte su experiencia de haber sufrido abusos durante seis años a manos del padre de sus hijas. Ella destaca cómo las agresiones menores comenzaron de forma sutil, pero al no ser confrontadas desde el principio, se intensificaron hasta convertirse en graves abusos.

“Él empezaba con pequeñas agresiones, yo lo justificaba que estaba jugando, no quería ver la agresión, pero ya después se volvió una agresión mayor, pasó a hacer cosas más graves, que podría haber terminado en consecuencias mayores”, recuerda su experiencia.

Andrea enfatiza la importancia de reconocer la violencia desde sus primeras señales para evitar que escale. Ella subraya que, aunque muchas veces se tiende a justificar el comportamiento abusivo, es crucial no permitir que estos actos se vuelvan más serios.

A través de su relato, Andrea García revela el profundo impacto en su autoestima y amor propio. A pesar de amar a su pareja, ella llegó a la conclusión de que debía priorizar su propio bienestar y el de sus hijos. Esta realización la llevó a tomar la valiente decisión de salir de una situación dañina.

“Así llegué a un punto donde dije no, sabes que aquí no es, te quiero mucho, pero me quiero más yo y a mis hijos. Entonces es cuando dije ¡basta, ya no más!, esto no puede seguir avanzando. Ya no quiero estar aquí.”, narró.

Andrea, como una valiente madre, también destaca que, a pesar del miedo que muchas personas tienen de ofrecer ayuda, al tomar la decisión de dejar la situación abusive que vivia, descubrió un amplio apoyo de quienes estaban dispuestos a ayudar. Esta experiencia subraya la importancia de buscar y aceptar apoyo cuando se toma la decisión de cambiar y salir de un entorno de violencia.

SUPERACION PERSONAL

Después de terminar con su relación abusiva, Andrea vivió una transición desafiante, marcada inicialmente por el miedo. Sin embargo, con el tiempo, desarrolló una nueva perspectiva de vida. Al principio, temía las represalias de su expareja, llegando incluso a huir a México después de denunciarlo. No obstante, con el tiempo, se dio cuenta de que el miedo era infundado y que denunciar el abuso fue la decisión correcta.

“Yo corrí a mi país, corrí a México de tanto miedo que tenía. Dije saliendo de la cárcel va a venir y me va a volver a golpear. Y no, fíjate, no tengan miedo de denunciarlos no tengan miedo por la reacción de la pareja, porque todos te van a ayudando para que no pase”, comentó.

ACONSEJANDO A OTRAS

Andrea, con su testimonio en Alianza contra la Violencia Domestica, quiere ayudar a otras víctimas y aconsejar a otras mujeres a no tener miedo y a buscar ayuda, asegurándoles que no están solas y que al tomar acción, descubrirán un gran apoyo a su alrededor.

Ella enfatiza la importancia del amor propio y de tomar decisiones valientes. A pesar de no tener antecedentes de violencia en su familia, se dio cuenta de que no podía aceptar el abuso en su vida y que era fundamental priorizarse a sí misma. Este cambio de mentalidad la llevó a una transformación positiva, ganando confianza y seguridad en sí misma. Ahora, ve su experiencia como un logro personal, una prueba de que es posible superar el abuso y construir una vida mejor, llena de satisfacción y empoderamiento.

Nuestra ejemplar sobreviviente a la violencia domestica, considera que el apoyo familiar y de amistades es crucial cuando una persona decide salir de una relación abusiva, pero solo es efectivo si la persona realmente desea ser ayudada.

Andrea explica “muchas veces las víctimas se quejan del abuso, pero regresan a la misma situación, lo que dificulta que otros las apoyen”. Sin embargo, una vez que la víctima toma la decisión firme de salir del abuso y da el primer paso, el apoyo fluye naturalmente. Aunque al principio puede perder amistades o distanciarse de familiares debido a la relación abusiva, cuando decide salir de esa situación, su entorno se activa para ofrecerle ayuda.

“En mi caso, mis hermanas estuvieron dispuestas a apoyarme cuando vieron que estaba comprometida a cambiar mi vida”, contó Andrea.

La historia de Andrea García es un testimonio de la importancia de reconocer y enfrentar la violencia doméstica desde sus inicios. Su valentía y determinación para priorizar su bienestar y el de sus hijos, junto con el apoyo recibido, son claves para superar situaciones de abuso.

Este artículo forma parte de un proyecto periodístico sobre la violencia doméstica en la comunidad latina y cuenta con el respaldo y generosidad de la Blue Shield of California Foundation.