A partir del otoño de 2025, el Distrito Universitario Comunitario West Valley-Mission se convertirá en el primer distrito universitario comunitario del país en ofrecer una comida gratuita diaria a todos sus estudiantes presenciales, sin necesidad de demostrar necesidad económica. El objetivo: eliminar el hambre como barrera educativa y apoyar a los más de 17,000 estudiantes que asisten a West Valley y Mission College.
Una necesidad invisible, pero extendida
Según la Encuesta Real College California de 2023, el 21% de los estudiantes del distrito sufre inseguridad alimentaria, un fenómeno que afecta profundamente su bienestar académico y emocional. A nivel estatal, la inseguridad alimentaria en los colegios comunitarios de California alcanzó el 44% en el último informe del Hope Center, revelando un problema crónico que muchas veces permanece oculto por el estigma o la vergüenza.
“El hambre no debería estar entre las preocupaciones de un estudiante que ya está luchando por salir adelante”, dijo Bradley Davis, rector del distrito, quien señaló que la idea del programa nació cuando dos estudiantes de fútbol le confesaron que no podían pagar un almuerzo. “Nos dimos cuenta de que estábamos dejando un vacío entre la educación secundaria y superior”, explicó.
Inversión histórica y visión integral
El programa universal de comidas, financiado con $2.5 millones anuales provenientes de los ingresos por impuestos prediales, será operado por la empresa Thomas Cuisine, que además ofrecerá talleres de cocina saludable para los estudiantes. El distrito aún trabaja en la selección del menú y los horarios, pero ha asegurado que incluirá opciones adaptadas a diferentes culturas y restricciones alimentarias —como comidas halal, kosher y vegetarianas— en respuesta a los pedidos del profesorado y el alumnado.
Para la profesora Kelly Neary, quien ha enseñado biología en Mission College durante 19 años, el programa representa “una forma de equilibrar las condiciones”. En su aula ya ofrece snacks gratuitos a estudiantes que llegan sin haber comido. “Reducir el estrés de nuestros alumnos con algo tan básico como una comida nutritiva puede marcar la diferencia entre el éxito y el abandono escolar”, dijo.
Parte de un enfoque más amplio
El programa de comidas gratuitas se suma a otras medidas adoptadas recientemente por el distrito, como la matrícula gratuita para todos los estudiantes locales y una despensa de alimentos con productos frescos**. Estas acciones buscan responder de forma estructural a las desigualdades que afectan a los estudiantes universitarios, muchos de los cuales trabajan, cuidan familiares o enfrentan crisis de vivienda.
A nivel nacional, más de 3 millones de estudiantes universitarios experimentan hambre cada año, y casi el 40% de los estudiantes de colegios comunitarios reportan tener dificultades para acceder a alimentos, según el Instituto de Políticas de Educación Superior (IHEP).
Un legado que ya transforma vidas
Leilany Huerta-Hernández conoce de primera mano lo que es estudiar con hambre. Como estudiante de sociología en West Valley College, vivió días en los que el dolor de cabeza era constante y la comida, escasa. Aunque ya no estará cuando se implemente el programa, sabe que el impacto será profundo. “Tengo amigos que dejan de comer por días porque deben elegir entre el alquiler y un plato de comida. Que ellos no pasen hambre, aunque yo no lo viví, me llena de esperanza”.
El Distrito Universitario West Valley-Mission no solo está dando de comer a sus estudiantes. Está enviando un mensaje claro: nadie debería estudiar con el estómago vacío.